martes, 8 de febrero de 2011

"Elogio (innecesario) de los libros" por Carlos Monsiváis.


Carlos Monsiváis

Contemplar y disfrutar el mundo literario no es lo de hoy para todos, ya que existen quienes, por distintas razones, se han alejado de los libros. Por fortuna, el escritor Carlos Monsiváis, al igual que otros, habló de las causas y consecuencias de leer menos en el 6° Congreso Nacional de Lectura.los campos que permiten aventajar el mundo de las palabras son bastantes, desde lo individual hasta lo mundial. Sin embargo, si no retrocedemos al origen de las estructuras sociales, históricas, económicas, políticas, educativas, etcétera, será imposible atacar a la mediocridad y proporcionar todos los beneficios de lo desconocido para tantos.
           En primera instancia, con las nuevas tecnologías de la información no se ha logrado que los índices de lectura en México aumenten, a pesar de que la aparición de E-readers es el sustento para presenciar un futuro menos desalentador. De igual manera, una bibliografía escasa, desde los hogares hasta las escuelas o bibliotecas, impide que más personas lean más de tres libros al año, dato que arrojó la Encuesta Nacional de Lectura en el 2007.
          Hoy, la industria cultural estadounidense e Internet han cambiado los gustos estéticos de varios grupos humanos, los cuales se guían por lo inmediato y común. A pesar de que la red implica que nuestra vista observe unas cuantas letras más, no es suficiente, porque a final de cuentas no se consigue mucho obligando a los individuos a que lean. La imagen también ha revolucionado la cosmovisión de los individuos, quienes al optar por lo visual lo proponen como “la vía mayoritaria”.
          ¿Qué han leído los gobernantes? A esta pregunta, Monsiváis responde que “en principio, casi nada, porque no disponen de tiempo”, por un lado en la izquierda “el antiintelectualismo se expresa por la devoción a la praxis”, o a la burocratización, mientras que en la derecha su objetivo consiste en censurar exposiciones y aquellos espacios culturales que fomentan el llenado del intelecto humano.
                                                     Algunas campañas, como “Leer para aprender”, organizada por la SEP, el SNTE y el Consejo de la Comunicación, ofrecen gratos resultados, los cuales no se obtendrán si vemos a un luchador o a la artista de moda diciendo que su pasión son los libros. Al igual que la desconfianza por los políticos, la que se genera hacia alguien famoso camina por el mismo sendero. 
        La catástrofe educativa rueda sin detenerse por varios procesos simultáneos como la incapacidad de las escuelas de actualizar los métodos de la enseñanza; la distorsión de las dificultades de la literatura; la identificación entre lectura y compromisos de adquisición del título universitario; la deserción escolar; la conversión de la globalidad en religión civil o la falta de planeación. Todos, enganchándose más y más, se topan con los salarios mínimos de los profesores o con los escases de dinero para la actualización tecnológica.
        Escuchar los beneficios que le proporciona la lectura al humano parece ser la respuesta de qué es lo que debe hacerse. Obtener de los libros conocimiento y una herramienta que puede usarse para enfrentarnos a la realidad sin ningún obstáculo son las respuestas de por qué la memorización no es tan ocurrente, pero no erradicada.
         En fin, el peso, tratar de complacer a los demás, el encarecimiento de la lectura y su privatización, la desconfianza y la incomprensión disminuyen más la cifra de los amos de los libros. Al mismo tiempo, lo televisivo, los rumores, la falta de jerarquización, el desinterés por un seguimiento noticioso hacen que el arte de leer se hunda en lo más profundo de la ignorancia.

Caricatura de Monsiváis

Bibliografía
Carlos Monsiváis: Elogio (inncesario) de los libros. Ponencia presentada en el 6° Congreso Nacional de Lectura, año 21, junio de 2000, núm. 2, 11 p

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