martes, 22 de febrero de 2011

"Con ustedes..."

En esta ocasión, no sólo se destacará la importancia del editor para la publicación de un libro, sino también se hablará de cuál es la función de otros integrantes del equipo, al igual que el desarrollo editorial o la materialización de las ideas en obras. De inicio, “el manuscrito es la base sobre la cual se desenvuelve todo el trabajo editorial. Sin contar con ideas que pueden resultar útiles o de interés o de interés para el público, y sin una presentación aceptable para el lector, el esfuerzo editorial resulta completamente inútil[1]”.
            Como ya se mencionó, la función del editor es de gran importancia para la empresa editorial, es decir, su rol estratégico no debe guiarse por un camino solitario, ya que la decisión final no recae solamente en sus manos. Por lo tanto, la toma de decisiones, como la de publicar o no un libro, no es asunto sencillo, ya que un simple registro puede indicar al editor cuándo se recibió un manuscrito o la fecha en que fue enviado, etcétera. Precisamente, un sistema basado en un catálogo ordenado alfabéticamente y cronológicamente permitirá un manejo más exacto de lo que se tiene.
Logo de la editorial Planeta
No obstante, una editorial no puede recibir todos los libros que le llegan, por lo que la evaluación del manuscrito para ser publicado tiene varios puntos para ser tomados en cuenta. Muchos escritos son rechazados inmediatamente, por lo que la primera lectura es el primer paso para que el autor tenga la posibilidad de dar a conocer al público su texto.
            Pero, entonces qué debe de hacer para que tenga por lo menos una oportunidad. Existen dos formas en cómo pueden llegar los libros a la editorial, una es que el autor vaya directamente y la otra es que un agente literario se dirija al lugar. De igual manera, el consultor es quien puede hacer la diferencia, porque da sugerencias que podrían convertir un libro aceptable en uno sobresaliente.
            Otras consideraciones es que “en muchos países en vías de desarrollo los préstamos a casas editoriales son escasos y otros tipos de créditos son prohibitivos para los usuarios; en ellos la carencia de capital restringe las posibilidades de editar un número mayor de títulos[2]”. Debido a lo anterior, es necesario considerar los méritos del libro y pensar si puede ser considerado para integrarlo al proyecto editorial. Por consiguiente, el editor debe contar con un conocimiento personal de libros, editores especializados en la empresa, consultores, departamentos de producción, ventas y finanzas, y poner a prueba sus propias proyecciones por medio de un estudio de mercadotecnia. En consecuencia, esto refleja la personalidad e integridad de la empresa.
            Retomando la llegada del libro a la editorial, pueden considerarse algunos aspectos como el personal, quien aporta buenas sugerencias, además de que debe existir una relación estrecha entre el equipo de ventas y los editores. Otro, son los buscadores de textos, quienes están atentos de aquellos libros que están en proceso de redacción o los títulos necesarios sobre un tema particular (ficción, psicología, economía, etcétera), o en otras circunstancias, Smith menciona que se puede contratar un editor general fuera de la empresa para “una serie determinada que se encargue de realizar labores relacionadas con ella que de otro modo recaerían en el editor general[3]”.
Logos de esitoriales
            Los premios nacionales e internacionales son otorgados después de que el libro ha sido publicado, lo cual otorga una gran utilidad social, al igual que aquellos que son otorgados antes de su publicación. Algunas propuestas de desarrollo para el autor son: biografías de personajes importantes, antologías, transcribir los discursos hacia un libro, la elaboración de un nuevo texto, un pintor famoso como ilustrador, la redacción de programas de radio o simplemente utilizar el conocimiento de un científico para crear una obra con nuevo conocimiento.
            Con respecto, al financiamiento para el desarrollo editorial se deben considerar la generación de gastos a largo plazo mucho antes de proporcionar ingresos, aunque, por otro lado también se pueden realizar desembolsos. La programación de necesidades ocasionan que “al enfrentar el gran problema que representa financiar un proyecto de cierta envergadura, el editor deba no sólo calcular los costos e ingresos, sino también planear cuándo se tendrán que realizar los pagos y cuándo se espera la llegada de los ingresos”[4]. Otro impedimento es la necesidad hacia un capital de préstamo.
            Los libros por suscripción, el trabajo conjunto con el departamento de ventas1y los títulos actuales contra catálogo establecen la relación entre el proceso editorial y la planeación de ventas. Por último, cabe mencionar que la bestselerización ayuda a que las editoriales tengan más ventas e ingresos de obras famosas.   
Best seller de
En nombre de la rosa

Bibliografía
Datus C. Smith: “4. Desarrollo editorial: de la idea al libro”, en: Guía para la publicación de libros, UdeG/ASEDIES-México, 1991


[1] Datus C. Smith: “4. Desarrollo editorial: de la idea al libro", en: Guía para la publicación de libros, p. 54.
[2] Ibíd., p. 58.
[3] Ibíd., p. 61.
[4] Ibíd., p. 66.



jueves, 17 de febrero de 2011

"Y el costo es..."

¿Alguna vez nos hemos preguntado quién o quiénes son los responsables de imprimir un libro? “La casa editorial invierte en libros. Es la que paga al autor, traductor, ilustrador, editor y al fabricante de papel, así como a otras personas relacionadas con la producción, lo mismo que a los vendedores, publicistas y todos los que intervienen en su comercialización. A su vez, recibe ingresos de libreros y de personas que compran el libro o los derechos para su utilización. La editorial, como cualquier otro negocio, espera recibir más dinero del que invierte[1]”.
            De acuerdo con lo anterior, los aspectos financieros del proceso editorial se desarrollan de la siguiente manera: el editor es el encargado de disminuir los costos y aumentar las cifras finales por el mismo concepto. No obstante, toma a consideración que todo conlleva un gasto externo. Por consecuencia, ¿qué deberá hacer para conseguir más dinero? Obviamente, vender más libros. Es así, que si la editorial es de tipo comercial, los gastos mayores se transforman en un número mayor de ganancias: “los costos por unidad de libro se reducen drásticamente en la medida en que aumenta la cantidad de ejemplares impresos[2]”.
             Con respecto a los costos, estos se manejan de dos maneras: una consiste en llevar un registro de cada etapa del proceso y clasificar los costos de: preparación editorial (pagos al autor y honorarios a operarios), de manufactura (pago por impresión y papel, tinta, etcétera) y de comercialización y distribución (quienes crean los labores del empleado). Un segundo caso es el que un editor hacia una relación con precios al menudeo y futuras consecuencias. Por tal, los gastos se agrupan en:
¾    Costos automáticamente variables: se incrementan con el número de ejemplares impresos. Incluye el pago de los derechos del autor, pagos a la imprenta (encuadernación), pago del material utilizado y almacenamiento y empaquetado.
¾    Costos no variables: no varían en la edición del texto. Toma en cuenta la preparación editorial (corrección, ilustración, diseño de cubierta, etc.), la composición de los originales (tipografía, caligrafía).
¾    Costos de promoción: funcionan de acuerdo con la política editorial.
¾    Costos generales: pueden ser controlados por el editor, en el caso de tener la expectativa de vender todas las impresiones, aunque generalmente se consideran costos cantidades fijas.
            Algunos ejemplos de tipos de gastos son los costos automáticamente variables como el papel o los no variables, como la tipografía. Mientras, que un gasto de promoción es la publicidad y uno general, el cual se encuentra en constante movimiento.
            En relación con los factores de los ingresos por ventas, éstos no son percibidos por el público. Los cuatro puntos básico para calcular los ingresos son el precio al público (varia geográficamente), cantidad de ejemplares vendidos, descuentos a librerías y clientes; y costos eventuales de comercialización.
            “Se quiere cobrar más por libro, pero el aumento de precio puede reducir el volumen de ventas; se desea alentar a los vendedores concediéndoles descuentos mayores[3]”. De hecho, en cualquier lugar es válido el principio de que “los costos por copia se reducen en proporción al aumento del tiraje”.
            Por otro lado, los costos de producción al ser sólo una parte del total, el editor tiene la función directa con el precio de venta. Por ende, la relación entre costo y ganancia en ediciones con tirajes distintos tendrá un costo editorial mayor, aunque la ganancia, en el caso de que se vendan todos los ejemplares tendrá una mejor gratificación. Es decir, si “la ganancia del editor sube en relación con la inversión que arriesga en los costos de producción en la medida en que se amplía el tiraje[4]”.  
            Un punto que contiene grandes beneficios es el cálculo para recuperar la inversión o determinar los tirajes y precios de venta, es decir, se realiza la cuenta del número de ejemplares que es necesario vender para recuperar los costos de producción. Como primer paso, el editor calcula el rango por ejemplar, los cuales cubrirán los gastos de producción. Éstos se dividen entre la cifra del rango y el resultado representa la cantidad de ejemplares que necesiten ser vendidos para recuperar la inversión.
            Otro tipo de ingresos son los derechos subsidiarios, los cuales corresponden a las reimpresiones, las concesiones de traducción, incluir fragmentaciones textuales o llevar al cine la obra. Empero, los ingresos quedan en manos del autor y no del editor. “Un gasto constante en cualquier negocio es el costo del capital requerido, es decir, los intereses que se tienen que pagar sobre el dinero invertido en un proyecto desde el momento en que se realiza la inversión hasta que el dinero regrese en forma de ingresos[5]”.         
            Por último, en al caso de que el editor no tenga el derecho de reclamar el apoyo del público, proporcionará un servicio al interés público y a la industria. Un tipo de inversión a largo plazo consiste en la decisión del editor para producir libros más baratos y venderlos en un precio reducido, de tal manera de que exista la posibilidad de obtener una ganancia extra. Otra opción son los intereses financieros del editor, quien sabe que puede quedarse sin grandes ganancias.

Bibliografía
Datus C. Smith: “3. Aspectos financieros”, en: Guía para la publicación de libros, UdeG/ASEDIES-México, 1991.



[1] “Datus C. Smith: “3. Aspectos financieros”, en: Guía para la publicación de libros, p. 35.
[2] Ibíd., p. 36.
[3] Ibíd., p. 41.
[4] Ibíd., p. 46.
[5] Ibíd., p. 52.

lunes, 14 de febrero de 2011

"Bienvenida a los libros"

La industria editorial de cualquier país se aprende a través de la lectura y la práctica, dos ejercicios que responden a las necesidades e intereses de los lectores. “Se puede afirmar sencillamente que la educación es una inversión básica para el desarrollo económico, y que los libros son las mejores herramientas de educación[1]”. A su vez, es preocupante cuando la Web 2.0 arriba al campo educativo, muchas veces  sin que tengamos muy claro cuáles podrían llegar a constituir sus aterrizajes curriculares (si estamos en educación formal).
            De igual manera, su aplicación valiosa en grupos de aprendizaje no formales, va más allá  de sus interesantes rasgos característicos  de creación y expresión colectiva, lo que sería recomendable conocer para propiciar aplicaciones de justa y responsable  base y decisión socio-pedagógicas. Asimismo, pensamos que es lícito sostener que los rasgos  de la Web 2.0 contribuyen a la horizontalidad comunicativa y a la expresión creadora, que engrosan lo que ya Levy  llamó la “inteligencia colectiva”. Ésta se posibilita por  la gestión y  uso de base de datos, la capitalización de las experiencias de los usuarios presentadas en dispositivos ilimitados  con  software de uso simplificado, dentro del marco telemático e interactivo de Internet.
El proceso que se lleva a cabo para imprimir y editar un libro requiere del esfuerzo de un gran equipo, quien lo hará llegar al lector. Los cuatro elementos indispensables para crear una industria cultural son: el autor, el impresor, el vendedor y el editor. El primero al encargarse de crear o formular las ideas que se le comunican, ya sean palabras, fotos, graficas, tablas, etcétera tiene como función llevar  a cabo las ventas, -o alquilarlo o asignarlo.
            Cabe destacar que se deben respetar los derechos de autor, “en caso de que esto suceda, la editorial que publica la obra de un autor sin autorización y sin pagarles regalías u honorarios se convierte en ladrona y pirata[2]”, la cual es ignorada en los países en vías de desarrollo. Es así, como el dinero es indispensable para los autores, quienes tienen el derecho de exigir que la relación que sostiene con una cada editorial sea honesta y justa.
            Mientras tanto, el impresor es el fabricante del libro. Juan Carlos Rangel menciona que es quien:

recibe del editor el manuscrito, hace la composición tipográfica, encuadra la edición y lo devuelve impreso al editor. Bajo circunstancias normales el impresor casi nunca juega un papel determinante en la toma de decisiones acerca del contenido del libro, sólo le corresponde realizarlo según las especificaciones del editor y recibir el pago correspondiente. No arriesga en un proyecto de libro. Por supuesto, corre los riesgos que implica establecerse sin contar con un mercado seguro, pero los ingresos que le genera la impresión de cualquier tipo de libro se garantiza mediante un contrato con el editor, no depende –como es el caso del editor y del autor– de las ventas de la obra[3].
            Todo depende de una cadena, ya que si el editor es lo suficientemente hábil para garantizar el pago, el impresor, por consecuente, obtendrá ganancias, las cuales son negadas al autor y editor. “La calidad en la impresión, el suministro del papel apropiado, un riguroso seguimiento del proceso, el cuidado en la revisión de pruebas y la calendarización de operaciones, son factores determinantes que afectan la eficacia con que el autor desea comunicar sus ideas al lector”.
            También, el editor puede maquillar los costos de producción, es decir, la corrección ortotipográfica y la corrección de pruebas al autor, al igual que el contacto permanente con el autor durante el proceso de edición del libro. Debido a que pocos autores conocen los problemas que implica la impresión y que los impresores no cuentan con otro personal que no sean sus operarios, las relaciones entre editor e impresor resultan generalmente insatisfactorias si el editor no se involucra en el proceso. Otras de sus características es que ocupa un lugar central en relación con los demás elementos.
            Por último, el vendedor de libros es quien recibe los libros de forma directa e indirecta del editor. Este hecho permite que puedan ser comprados a un menor precio al que tiene que pagar el cliente de una librería o de alguna otra forma. Una clave para la venta es la disponibilidad de ellos para su venta. “Ni el editor ni el público deben perder de vista la gran aportación que hace la librería convencional, que mantiene un amplio surtido de libros sobre todos los temas y procedente de diversos editores”.
 Es por esto que la información no puede constituirse como principio estructurante de los intercambios de una economía en el ciberespacio, ya que tomando la definición clásica, la Economía se postula como la ciencia que estudia la producción e intercambio de bienes escasos. Cabe señalar que la relación de países tecnológicos aumentan su desarrollo, sin embargo, a final de cuentas terminan destruyendo a las más débiles. Como señala Castells, a largo plazo es la fuente de la riqueza de las naciones, por lo que la tecno logia es el principal trabajo de la productividad.
            Las tecnologías de la globalización postindustrial cambian el sentido de la nueva migración. El mundo no se divide entre ricos y pobres sino entre quienes están informados y quienes han quedado fuera de la edad de las conexiones.
Bibliografía
Datus Smith: “1. Estrategias y objetivos generales” y “2. Socios en el mundo de los libros”, en Guía para la publicación de libros, UdeG/ASEDIES-México, 1991.




[1] Datus Smith: “1. Estrategias y objetivos generales” y “2. Socios en el mundo de los libros”, en Guía para la publicación de libros, p.4.
[2] Ibíd., p.7
[3] Ibíd., p. 9.

domingo, 13 de febrero de 2011

“De lo analógico a lo digital. El futuro de la enseñanza de la composición”. De Daniel Cassany


            
Daniel Cassany

Dentro de la evolución humana se han presentado un sinfín de transformaciones que le han permitido al individuo llegar al grado de socialización actual, como la aparición de la escritura o la revolución industrial materializada en la imprenta, los cuales se convirtieron en momentos representativos del devenir histórico. A partir de lo anterior, un ejemplo es la convergencia digital, la cual permite acceder a distintos medios y tecnologías a través de un único aparato. Aunque, cómo ha sido esto posible. Una respuesta nos la proporciona Jorge Martínez Peniche:

              Un sistema digital, es aquel que utiliza valores discretos que representan números u otros símbolos no numéricos como son las letras para manejar datos procedentes de muy diversas fuentes. Así, la palabra digital proviene de la palabra latina dígito, que quiere decir dedo, pues se cuenta con los dedos. En computación y electrónica, la palabra digital se utiliza especialmente cuando las señales se convierten a un sistema binario, es decir de dos valores, por ejemplo: cero y uno, o prendido y apagado, o blanco y negro.
                   Un sistema digital se entiende en contraposición con un sistema analógico que utiliza un espectro continuo de valores. Entonces, la diferencia fundamental entre un sistema analógico y uno digital es que el primero utiliza valores continuos para el procesamiento de los datos, mientras que el segundo utiliza valores discretos.[1]

            Es así, como los sistemas digitales es un fenómeno que hace uso de sonidos, imágenes estáticas y dinámicas, textos, etcétera.  “Un nuevo sistema de comunicación, que cada vez habla más de un lenguaje digital universal, está integrando globalmente la producción y distribución de palabras, sonidos e imágenes de nuestra cultura y acomodándolas a los gustos de las identidades y temperamentos de los individuos”[2].
            Daniel Cassany nos presenta en su artículo “De lo analógico a lo digital. El futuro de la enseñanza de la composición” que en el entorno analógico, tres ámbitos (pragmático, discursivo y del proceso de composición), son primordiales para hacer una diferencia con el entorno digital, en el cual el campo no es tan definido como en el primero. Mientras que los interlocutores digitales tienen ciertas ventajas para comunicarse como un bajo costo, un mundo virtual y ubicuo, interacción simultánea y canales audiovisuales, los usuarios de lo analógico se estandarizan en los precios altos, linealidad, acceso ilimitado y canales visuales.
            Con lo anterior, se demuestra que todos los elementos cambian la realidad y el contexto histórico. No por nada, Cassany menciona que “el hipertexto genera cambios relevantes en el procesamiento verbal”. Precisamente, dentro de este proceso de comunicación, las faltas de ortografía, la sintaxis, la redacción, el uso de sinónimos y antónimos se dejan en manos de un procesador de textos, el cual no puede realizar la mayoría de las acciones anteriores. “El advenimiento del entorno digital en el uso de la escritura está cambiando de manera profunda las prácticas comunicativas en los planos pragmático, discursivo y procesual[3]”.  
            Desde comienzos del nuevo siglo la Web se ha convertido en un lugar de conversación. Además del sentido de apropiación y pertenencia de los usuarios frente a Internet, la Red se consolida como espacio para formar relaciones, comunidades y otros sistemas sociales donde rigen normas similares a las del mundo real, en que la participación está motivada por la reputación, tal como ocurre en la sociedad. Second Life, al ser gratuita y  de uso fácil, ofrece un espacio virtual para escribir y compartir contenidos multimedia con personas de intereses similares y que contribuyen a fortalecer aquellas páginas virtuales.
             La nueva sociedad digital es a la vez un territorio de desarrollo económico y el centro de una gran red integrada de las principales tecnologías de la comunicación. La emigración hacia los países desarrollados es también la entrada al mundo de las redes y de la nueva cultura de los medios basada en la comercialización de la comunicación. En estos países, la comunicación electrónica se ha hecho indispensable para la creación de nuevas comunidades y espacios sociales.
             En la era de la comunicación global nace una nueva raza de trashumante comunicativa. Se trata de un migrante de la red, en parte un nuevo viajero por el ciberespacio y también un nuevo contingente de habitantes de la red. Es así,  como en el aula las comunidades discursivas, usos analógicos, destrezas manuales y técnicas y las computadoras, aunadas a la gramática conllevan a un entorno digital más comprometedor en el ámbito educativo.   
            El desarrollo de la tecnología de la información no es particularmente de una revolución. Lo que frecuentemente se cita como revolución en la comunicación es tan revolucionario como la aparición de un nuevo detergente. La aparición de las nuevas tecnologías, junto con la internacionalización de los mercados ha provocado una serie de migraciones que afectan a distintos ámbitos como el imaginario tecnológico.
         
Bibliografía
Cassany, Daniel, “De lo analógico a lo digital. El futuro de la enseñanza de la composición”, en Revista Latinoamericana de Lectura, año 21, junio de 2000, núm. 2, 11 p.
Castells, Manuel, "La era de la información. Economía, sociedad y cultura. La sociedad red". Vol. 1, Siglo XXI, 7a edición, México, 2006, 590 pp.
Martínez Peniche, Jorge Rafael, "La convergencia dígital". Véase en: http://eae.ilce.edu.mx/convergencia_digital.html
__________________
[1] Jorge Rafael  Martínez Peniche, "La convergencia digital". Véase en:  http://eae.ilce.edu.mx/convergencia_digital.htm
[2] Manuel, Castells, “La era de la información. Economía, sociedad y cultura. La sociedad red”, p.28.
[3] Cassany, Daniel, “De lo analógico a lo digital. El futuro de la enseñanza de la composición” en Revista latinoamericana de lectura, p. 8.

martes, 8 de febrero de 2011

"Elogio (innecesario) de los libros" por Carlos Monsiváis.


Carlos Monsiváis

Contemplar y disfrutar el mundo literario no es lo de hoy para todos, ya que existen quienes, por distintas razones, se han alejado de los libros. Por fortuna, el escritor Carlos Monsiváis, al igual que otros, habló de las causas y consecuencias de leer menos en el 6° Congreso Nacional de Lectura.los campos que permiten aventajar el mundo de las palabras son bastantes, desde lo individual hasta lo mundial. Sin embargo, si no retrocedemos al origen de las estructuras sociales, históricas, económicas, políticas, educativas, etcétera, será imposible atacar a la mediocridad y proporcionar todos los beneficios de lo desconocido para tantos.
           En primera instancia, con las nuevas tecnologías de la información no se ha logrado que los índices de lectura en México aumenten, a pesar de que la aparición de E-readers es el sustento para presenciar un futuro menos desalentador. De igual manera, una bibliografía escasa, desde los hogares hasta las escuelas o bibliotecas, impide que más personas lean más de tres libros al año, dato que arrojó la Encuesta Nacional de Lectura en el 2007.
          Hoy, la industria cultural estadounidense e Internet han cambiado los gustos estéticos de varios grupos humanos, los cuales se guían por lo inmediato y común. A pesar de que la red implica que nuestra vista observe unas cuantas letras más, no es suficiente, porque a final de cuentas no se consigue mucho obligando a los individuos a que lean. La imagen también ha revolucionado la cosmovisión de los individuos, quienes al optar por lo visual lo proponen como “la vía mayoritaria”.
          ¿Qué han leído los gobernantes? A esta pregunta, Monsiváis responde que “en principio, casi nada, porque no disponen de tiempo”, por un lado en la izquierda “el antiintelectualismo se expresa por la devoción a la praxis”, o a la burocratización, mientras que en la derecha su objetivo consiste en censurar exposiciones y aquellos espacios culturales que fomentan el llenado del intelecto humano.
                                                     Algunas campañas, como “Leer para aprender”, organizada por la SEP, el SNTE y el Consejo de la Comunicación, ofrecen gratos resultados, los cuales no se obtendrán si vemos a un luchador o a la artista de moda diciendo que su pasión son los libros. Al igual que la desconfianza por los políticos, la que se genera hacia alguien famoso camina por el mismo sendero. 
        La catástrofe educativa rueda sin detenerse por varios procesos simultáneos como la incapacidad de las escuelas de actualizar los métodos de la enseñanza; la distorsión de las dificultades de la literatura; la identificación entre lectura y compromisos de adquisición del título universitario; la deserción escolar; la conversión de la globalidad en religión civil o la falta de planeación. Todos, enganchándose más y más, se topan con los salarios mínimos de los profesores o con los escases de dinero para la actualización tecnológica.
        Escuchar los beneficios que le proporciona la lectura al humano parece ser la respuesta de qué es lo que debe hacerse. Obtener de los libros conocimiento y una herramienta que puede usarse para enfrentarnos a la realidad sin ningún obstáculo son las respuestas de por qué la memorización no es tan ocurrente, pero no erradicada.
         En fin, el peso, tratar de complacer a los demás, el encarecimiento de la lectura y su privatización, la desconfianza y la incomprensión disminuyen más la cifra de los amos de los libros. Al mismo tiempo, lo televisivo, los rumores, la falta de jerarquización, el desinterés por un seguimiento noticioso hacen que el arte de leer se hunda en lo más profundo de la ignorancia.

Caricatura de Monsiváis

Bibliografía
Carlos Monsiváis: Elogio (inncesario) de los libros. Ponencia presentada en el 6° Congreso Nacional de Lectura, año 21, junio de 2000, núm. 2, 11 p